Me hace muy feliz poder compartir con ustedes la contratapa de la novela, salida de la delicada pluma de Margarita García Robayo
«Toda pareja que ha habitado ese lugar donde la vida debería resplandecer y, en cambio, se oscurece y corroe puede reconocerse en Ana y Juan. Esta historia presenta una visión muy ajustada y por lo tanto dura de la imposibilidad de reconstruir el amor, aun cuando el amor prevalece. Nos muestra individuos lastimados por golpes imperceptibles, dañados por el uso cotidiano, frustrados dentro de sus propios sueños, y empeñados en volver a ser lo que eran; como si fuera posible conservarnos intactos en un portarretrato. Mirarse por dentro y sacar algo en limpio: la novela propone este mecanismo como única vía posible para los personajes hacia la tan elusiva comprensión del otro.
Ana, verduga y víctima, da manotazos ciegos para salvar su relación con Juan, pero su estrategia inconsciente (o quizá no tanto) es el auto boicot. Juan agota esfuerzos para sacar a Ana del quiebre en el que vive y traerla otra vez a tierra firme: a su lado. ¿Pero acaso Juan no cambió de lado? Ese es el engaño, todos cambiamos de lado.
Desde John Cheever hasta Pedro Mairal, las historias sobre parejas en crisis han sido un tópico fascinante capaz de trasmitir el dolor (y el placer morboso) de una herida expuesta a la intemperie, de la carne viva agonizando al sol bajo la mirada impiadosa de los otros. Azucena Galettini, en esta novela, lo hace con maestría.»
Margarita García Robayo.