¿Hobbie o pasión?

No hace mucho estaba en la presentación del libro El sueño Colbert, y el presentador le preguntó a Roni Bandini, el autor, si “eso de escribir” era un hobbie. J, que estaba al lado mío se rió por lo bajo y me dijo “Hiciste el mismo gesto que Roni” “¿Qué gesto?” dije yo. “Como si te hubieran pegado una trompada”.
Y sí, la sensación era esa. Por ahí no una trompada, pero una cachetada seguro. La respuesta de Bandini fue algo así como “¿Cómo un hobbie? No, un hobbie nunca”. Supongo que al presentador le llamaba la atención que alguien especializado en sistemas informáticos publicara una novela…
De todas formas, la idea me quedó rondando… A todos los que escribimos y todavía no nos ganamos la vida de esto (o sea, la inmensa mayoría), nos pasa un poco lo mismo, en determinado momento, ya sea una tía bien intencionada, un vecino al que uno tuvo la mala idea de contarle o un “amigo” recientemente recuperado gracias (¿gracias?) a facebook, nos dice: “¿Ah, así que escribís? ¡Qué bueno! Mi hobbie es…” (y ahí la respuesta puede ir de tejer en punto cruz a coleccionar revistas Playboy, dependiendo de quién conteste). Y no es que yo tenga nada en contra de los hobbies, todo lo contrario, me parece de lo más saludable tener uno, no sólo sirven para presentarse en las clases de idiomas, o a la hora de completar el perfil de usuario de algún foro o sitio de internet, sino que a veces evitan que alguien agarre una motosierra y despachurre a unos cuantos, o, si no le da el cuero para tanto, se tire por el balcón.
Los hobbies están muy bien sí, pero decirle a alguien que se toma la escritura en serio que eso de escribir es un hobbie equivale, sépalo tía bien intencionada, vecino preguntón y amigo recuperado, a un insulto.
Supongo que una de las cosas que me llamó la atención el día de El sueño Colbert, es que uno a veces espera que la publicación ayude a cambiar eso, es decir que publicar ayude a establecer la imagen de “escritor profesional” si es que tal cosa existe. Evidentemente no. En el fondo no deja de ser democrático: noveles y publicados tenemos el mismo problema, para nosotros es una pasión (¿no me creen? Hagan una encuesta a ver cuánta gente estaría dispuesta a tener un segundo trabajo por el que no les paguen un peso ¡y les alegre la vida sólo pensar en hacerlo!), para los otros un mero hobbie. Así que ya saben: prohibido ponerme en los comentarios “¿Así que escribís? ¡Qué lindo que tengas un hobbie!”, y mucho menos decírmelo en persona. Se arriesgan a un zapatazo…
Agrego a posteriori, por si alguien se quedó con ganas de saber algo de El sueño Colbert, la entrevista en Cuento mi libro:

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