¿Quién no fantaseó con hacer un trazado previo de lo que va a ser un texto (pongamos una novela) que sea tan pero tan preciso y efectivo, que el libro se escriba solo? Pero claro, incluso para quienes pueden cumplir con lo que se proponen, ahí puede haber una trampa. En esta charla con Romina Doval cubrimos muchos temas, pero para mí el centro estuvo puesto sobre la búsqueda: uno puede iniciar con un plan de escritura (como hace Romina), pero hay que entregarse al riesgo y a la adrenalina.
Este video forma parte de un ciclo que inicié de conversaciones con autores y autoras sobre el proceso creativo, que caprichosamente elegí titular “Del proyecto al libro”. Me interesa abordar cómo se da el derrotero desde que empezamos a pensar la posibilidad de un proyecto de escritura, hasta que toma forma y finalmente aparece el primer manuscrito.
Me encanta repensar con otros ciertas ideas y, sobre todo, descubrir nuevas. Acá dejo un punteo caprichoso de cinco momentos que me parecieron especialmente jugosos de esta conversación.
- El sabor a aventura de escribir: hacer planes para no cumplirlos. [6:20 min]
- Escribir para encontrar la forma que se esconde debajo [8:30 min ]
- Escribir para salir de la neurosis (y volver a ella) [30:37 min ]
- Por qué nos encantaría escribir una novela romántica [43:55 min ]
- ¿Cómo se arma un libro de cuentos? [47 min ]
Y acá dos reflexiones que me surgieron después de volver sobre la charla.
El peligro del primer manuscrito
Nunca había pensado algo que, cuando Romina lo dijo, me pareció de esas verdades luminosas que se quedan con uno: lo primero que nos “sale” es convencional, ahí se ve todo de lo que estamos permeados. Corregir se trata de encontrar nuestra propia voz, lo que realmente tenemos NOSOTROS para decir de eso que estamos escribiendo.
Me encanta esa noción de que, además de encontrar la forma que se esconde en esa primera maraña de ideas, también se trata de deshacernos de todo lo que ya vimos, leímos, lo que ya dijeron otros. Y no es que hable de encontrar una originalidad pura, vaciada de influencias, porque es obvio que eso no existe, sino de recordar que la búsqueda pasa por hacer que sea nuestra visión del mundo la que emerja.
Ahí se observa la apuesta por el descubrimiento, permitirnos la sorpresa, que se rompa cualquier a priori.
Paradojas del proceso creativo
Escribir es salir de uno mismo, de su vida, su historia y, sobre todo, de sus preocupaciones. Yo creo que casi todos escribimos para vivir otras vidas, ser otro por un rato (porque incluso quienes narran con una fuerte apoyatura autobiográfica crean en su ficción otra vida, distinta a la que tuvieron). Pero la paradoja es que corregir es volver a uno, a una parte más honesta, con menos máscaras, de uno; ir hacia la esencia de las cosas, al menos en esa versión que somos cuando estamos escribiendo ese texto.
Tal vez por eso incomoda tanto volver a viejos textos que escribimos (Romina lo compara con ver fotos de cuando tenías quince años): eso que nos pareció tan real, tan “nosotros”, ya no nos representa. Es como mirarse en un espejo que refleja a otro.
Es incómodo, sí. Por eso yo creo que mejor no volver a leerse, pero sobre gustos…
Bonus track
Si te interesó lo que dijo Romina sobre no meterse en determinados lugares (la cabeza de un personaje muy oscuro, en su caso) y querés otro punto de vista, en esta entrevista que te dejo acá, Carlos Gamerro cuenta qué le pasó a él y qué decidió él sobre ese mismo tema.