Para alguien como Federico Falco, autor reconocido, con una novela hermosa como Los llanos, que fue finalista de un premio importante como el Herralde y que ya lleva múltiples reediciones, seguro que sostener las ganas de sentarse a escribir todos los días no es ningún misterio, ¿no? Bueno, parece que no tanto. No es un misterio, sin duda, pero porque es muy consciente del trabajo que es mantener vivo el deseo y, sobre todo, lo fundamental que resulta estar en la búsqueda de nuevas formas de encontrase con la práctica diaria y, por ende, de narrar.
Como siempre, acá el punteado caprichoso de lo que me parece que no te podés perder, una reflexión mía a posteriori y un bonus track.
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- Su proceso de escritura [45 min]
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Trampas para escribir
Si hay algo que me fascinó de esta charla es la reflexión que trajo Federico de la necesidad de sostener el deseo por la escritura unida a la idea de ponerse trampas para encontrar nuevas maneras de narrar. Ya en algún otro posteo mencioné que para mí, lo que define a un artista es estar abierto/a la búsqueda, a no quedarse en el lugar seguro de lo conocido, lo que sabemos que “funciona”. Me pareció deslumbrante la claridad con la que Federico ve que eso tiene que ver con la práctica cotidiana, con enfrentarse a un texto (o textito, como dice él, mal que me pese) todas las mañanas.
Yo creo que si algo nos define a los escritores es nuestro alto grado de neurosis, por eso escuchar algo tan simple, volver a poner el acento en lo que importa, como decía Alejandra Laurencich, en el acto de escritura mismo, me parece tan importante. Es dejar de dar vueltas y vueltas en la cabeza y volver a la práctica, como el yogui que, con años de entrenamiento encima, vuelve cada día a su alfombra, porque sabe que solo así se sostiene el grado de experticia que alcanzó.
Escuchaba a Federico decir “enfrentarse a un texto cada mañana” y pensaba que había ahí una devoción, una entrega, que por lo simple es profunda, todo gira en torno a eso.
Pero para sostener esa práctica, para volver cada día, también hay que construirse trampas a una misma, buscar nuevos modos, dejarnos sosprender. No cabe duda que el producto final que pueda terminar viendo la luz después se va a beneficiar por eso.
BONUS TRACK
Por si la curiosidad les pica como a mí y querían saber mejor qué es eso de “los pastones”, acá les dejo una definición: “Se entiende por pastón la cantidad de hormigón descargado en la obra de un mismo camión”. Más sobre el tema, acá:
Si querías saber sobre el libro de cuentos que recomienda Falco, acá toda la data (incluso si querés comprarlo).
Y por último, si sos como yo y querés tener un pedacito de ese estante especial que tiene Federico, acá podés suscribirte a Nave, de Escape a Plutón.