Adiós

Hoy murió Rifka Benderschi, mi vecina de toda la infancia y adolescencia. Tenía 94 años, y no, no es una tragedia, es la ley de la vida y todo eso que ya sabemos, pero igual sé que el mundo perdió un poco de luz hoy.
Algún día escribiré su historia, su infancia en Rumania, los paseos en trineo, que me contó una tarde que fui a llevarle flores, a ella y a su pareja, Elida, ya no me acuerdo por qué. Qué pena saber que nunca más voy a cruzármela, con su zapatillitas de cordones, un día cualquiera que vaya a visitar a mi madre.

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